Revelan las células que protegen tu cerebro y resulta que son las mismas que podrían destruirlo

Revelan las células que protegen tu cerebro y resulta que son las mismas que podrían destruirlo

Hablemos de esos “vigilantes incansables del cerebro”, siempre patrullando para asegurarse de que todo esté en orden. Estas células son tan pequeñas que pasan desapercibidas, pero no se dejan engañar por su tamaño: sin ellas, nuestro cerebro estaría en serios problemas. Su trabajo principal es mantener el cerebro limpio y protegido, algo así como un equipo de mantenimiento que, además de barrer y recoger basura, sabe defender la fortaleza cuando hay peligro.

En un cerebro sano, las microglías están en modo “normal.” Eso significa que tienen ramitas (o extensiones) que sacan y meten todo el tiempo, explorando lo que sucede a su alrededor. Imaginemos que son como jardineros que podan las conexiones neuronales que sobran, ayudando a que las neuronas trabajen de forma eficiente. Además, recogen proteínas dañinas que pueden causar problemas, como las placas amiloides relacionadas con el alzhéimer.

Y eso no es todo. Cuando una infección o un virus intenta entrar al cerebro, estas células se convierten en auténticos soldados, eliminando a los invasores y evitando que causen daño. Así, en su estado tranquilo o activo, las microglías son esenciales para que todo funcione como debe.

Pero… a veces se ponen demasiado intensas

Ahora, el problema es que las microglías no siempre saben cuándo parar. Si detectan algo raro, se hinchan como globos y entran en modo de combate total, lo que significa que empiezan a devorar lo que consideran una amenaza, incluso si no siempre lo es. Además, liberan citocinas inflamatorias, unas sustancias que funcionan como una alarma que llama a más células inmunológicas. Hasta aquí todo bien, El detalle está en que, si se quedan demasiado tiempo en este modo “enojado,” pueden causar más problemas de los que solucionan.

Cuando el remedio sale peor que la enfermedad

Una de las situaciones en las que las microglías se vuelven un dolor de cabeza es en las adicciones. Por ejemplo, cuando consumimos drogas como los opiáceos, estas células creen que son una amenaza y responden como si tuviéramos una infección. Esto provoca que las neuronas del placer se vuelvan más sensibles, fortaleciendo las conexiones relacionadas con el consumo. En pocas palabras, el cerebro aprende a depender de la droga más rápido, lo que hace que romper con la adicción sea mucho más complicado.

Otra cosa que pueden hacer las microglías en modo alerta es intensificar el dolor. Si sufrimos una lesión, activan las neuronas del dolor y las sensibilizan, como si quisieran recordarnos constantemente que algo está mal. El problema es que, a veces, aunque la lesión ya haya sanado, el dolor sigue ahí porque las microglías no se calman.

El envejecimiento y las microglías en modo hiperactivo

A medida que envejecemos, las microglías se vuelven más nerviosas. Es como si con los años se volvieran más propensas a entrar en pánico. Por eso, después de una cirugía o una infección, muchos adultos mayores terminan con problemas de memoria o cognitivos. Y si, además, se usan opioides para controlar el dolor, el panorama se complica más, ya que las microglías entran en modo de inflamación total y pueden dañar las neuronas en el proceso.

En enfermedades como el Alzhéimer, estas células empiezan bien, intentando eliminar las placas amiloides, pero al final terminan ayudando sin querer a que se propaguen. Esta inflamación crónica es parte de lo que acelera la pérdida de memoria y otras funciones del cerebro.

¿Qué nos depara el futuro?

Afortunadamente, los científicos ya están investigando formas de regular a las microglías sin interferir con su papel protector. Por ejemplo, en algunos estudios con animales, bloquear la activación excesiva de estas células ha mostrado resultados prometedores para reducir el dolor crónico y controlar la adicción. Sin embargo, aún hay muchas preguntas por responder: ¿cómo logramos que las microglías se activen solo cuando es necesario y vuelvan a la calma rápidamente?

Por Luis Arana

Foto: Getty Images

Créditos: ensedeciencia.com

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