No todos deben consumir ESPIRULINA y la ciencia explica quiénes y por qué razón
La espirulina es ese famoso suplemento que muchas personas han empezado a tomar porque tiene un montón de proteínas, vitaminas y minerales. Es una microalga de color azul verdoso que parece tener un lugar especial entre quienes quieren mejorar su alimentación o rendir más en sus entrenamientos. Suena bastante bien. Sin embargo, a pesar de todo lo bueno que tiene, no es para todo el mundo, y hay personas que definitivamente deberían evitarla porque puede causarles problemas de salud en lugar de beneficios.
Uno de los grupos que debe tener más cuidado son las personas que tienen problemas de coagulación. ¿Por qué? Porque la espirulina puede dificultar que la sangre forme coágulos, lo que es muy peligroso para quienes ya tienen problemas en este sentido o que toman medicamentos anticoagulantes. Imagínate lo arriesgado que sería si alguien que ya tiene dificultades para detener una hemorragia toma algo que empeora ese problema. En estos casos, lo mejor es mantenerse lejos de la espirulina.
Otro grupo que debería pensarlo dos veces antes de consumirla son las personas que tienen problemas en el hígado o los riñones. La espirulina está llena de minerales, que en condiciones normales son excelentes, pero si tus órganos ya no están funcionando al 100%, añadirle más carga puede ser muy malo. Estos órganos, que son los encargados de filtrar las toxinas de nuestro cuerpo, podrían no soportar ese exceso de minerales, y en lugar de ayudarte, la espirulina podría complicarte las cosas aún más. Así que, si tienes algún tipo de enfermedad hepática o renal, lo ideal es que primero lo hables con tu médico antes de empezar a tomarla.
Un caso un poco más delicado es el de las enfermedades autoinmunes, como el lupus, la esclerosis múltiple o la artritis reumatoide. La espirulina tiene la capacidad de estimular el sistema inmunológico, y aunque eso suena positivo, en personas con este tipo de enfermedades puede ser un gran problema. Estas condiciones hacen que el propio sistema inmunológico ataque al cuerpo, y si la espirulina lo estimula aún más, puede empeorar los síntomas o desencadenar un brote.
También está el caso de quienes tienen una condición genética llamada fenilcetonuria. Este es un trastorno que impide que el cuerpo procese un aminoácido llamado fenilalanina, que, sorpresa, está presente en la espirulina. Así que, si una persona con fenilcetonuria consume este suplemento, podría tener complicaciones bastante graves.
Por otro lado, las personas con problemas en la tiroides, tanto con hipotiroidismo como con hipertiroidismo, también deben ser muy cuidadosas. La espirulina contiene yodo, un mineral que, en cantidades correctas, es fundamental para el funcionamiento de la glándula tiroides. Pero si ya tienes un desajuste en la tiroides, consumir más yodo del necesario puede descontrolar aún más el equilibrio de tus hormonas y empeorar la situación.
Y finalmente, aunque la espirulina tiene muchos beneficios, no es recomendable para niños pequeños. El problema aquí es que todavía no se han hecho suficientes estudios para asegurarnos de que es completamente segura para ellos. Por eso, los expertos recomiendan que, por el momento, los niños no consuman espirulina hasta que se tenga más información. Mejor prevenir que lamentar, ¿no?
Entonces, si bien la espirulina tiene un montón de ventajas para muchas personas, no es algo que todos deban tomar sin pensarlo dos veces. Si tienes alguno de los problemas de salud mencionados, lo mejor es que hables primero con tu médico antes de incluirla en tu dieta. Y si tienes niños pequeños, quizá sea mejor esperar a que haya más estudios que confirmen que es segura para ellos. La salud es lo primero, y lo que puede ser bueno para unos, puede ser peligroso para otros.
Por Luis Arana
Créditos: ensedeciencia.com