Nadie sabía cómo era el ancestro de los alacranes, hasta que un arqueólogo capturó esta foto

Nadie sabía cómo era el ancestro de los alacranes, hasta que un arqueólogo capturó esta foto

Los cangrejos herradura, los escorpiones y las arañas, entre otros animales, son miembros del grupo de los quelicerados, un subgrupo de artrópodos que se distingue por tener QUELÍCEROS, estructuras utilizadas para morder, arrastrar presas o inyectar veneno tales como pinzas o aguijones que suelen tener estos animales. Aunque estos organismos tienen diferencias notables, comparten un ancestro común que vivió hace cientos de millones de años del cuál se ha obtenido una fotografía al descubrir un dato relevante de esta familia. Un reciente estudio publicado ha identificado un fósil en Marruecos que nos habla sobre la evolución temprana de estos quelicerados, ayudando a llenar lo que hace falta del registro fósil de estas especies y conocer mejor su origen.

El descubrimiento reciente de fósiles en el yacimiento de Fezouata en Marruecos ha generado nueva evidencia sobre la evolución temprana de los quelicerados, un grupo diverso de artrópodos que incluye a los escorpiones, arañas y cangrejos herradura. Este hallazgo, liderado por Lorenzo Lustri, un doctorando de la Universidad de Lausana (UNIL) en colaboración con un científico del CNRS, ha hecho que los científicos pongan manos a la obra, especialmente en el área de la paleontología.

Los quelicerados son una parte fundamental de la biodiversidad actual, con una historia evolutiva que se remonta a más de 500 millones de años atrás. Sin embargo, identificar a sus ancestros comunes ha sido toda una tarea difícil para los paleontólogos debido a la escasez de fósiles bien conservados que daten de los períodos clave entre hace 505 y 430 millones de años. Esta falta de evidencia ha obstaculizado la comprensión de cómo evolucionaron estos organismos desde sus formas más primitivas hasta sus formas modernas que encontramos incluso, hoy en día.

El fósil de Setapedites abundantis, descubierto en Fezouata y datado en unos 478 millones de años, ha llenado un vacío significativo en el registro fósil. Con un tamaño que oscila entre los 5 y 10 milímetros, este fósil ha permitido establecer una conexión directa entre los quelicerados modernos y sus antecesores del período Cámbrico.

El descubrimiento de Setapedites abundantis ha revelado características anatómicas únicas sobre cómo estos organismos se adaptaron y diversificaron durante períodos críticos de la historia de la Tierra. Además, se han generado nuevos cuestionamientos sobre las relaciones evolutivas dentro de este grupo para que puedan abrirse nuevas líneas de investigación para futuros estudios paleontológicos.

El impacto de este descubrimiento se extiende más allá de los círculos académicos, ya que también tiene implicaciones educativas y de divulgación científica. La exposición planeada sobre la biota de Fezouata en el Palacio de Rumine en Lausana, en colaboración con la UNIL, ayudará a aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la paleontología y la evolución biológica. Este tipo de iniciativas generalmente abre las puertas para inspirar a las generaciones futuras de científicos y conservacionistas.

Por Luis Arana

Foto Fandom Brontoscorpio

Créditos ensedeciencia.com

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