La sorprendente razón por la que el Sol no será un agujero negro al llegar a su fin
Una de las preguntas que seguramente alguna vez te has hecho en tu vida, es sobre cómo será el final de nuestro Sol pues es difícil de imaginar un mundo sin que exista nuestra estrella iluminándonos y dándonos energía. Para los amantes de la astronomía y los científicos conocer este tipo de datos es algo de mucho interés pues no son preguntas fáciles de responder.
Actualmente, gracias a los avances de la ciencia y la tecnología hoy podemos tener una certeza de cuál será el destino final de nuestro astro rey y los astrónomos aseguran que no será un agujero negro.
Hoy te hablaremos sobre los agujeros negros y el destino final de nuestra estrella.
¿Qué es un agujero negro?
Un agujero negro es una región en el espacio-tiempo que tiene una gravedad tan intensa que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de su atracción gravitatoria. Esto se debe a que la materia en un agujero negro está tan comprimida y concentrada en un espacio relativamente pequeño que crea un campo gravitatorio extremadamente fuerte.
- Horizonte de sucesos: Es la superficie imaginaria que rodea un agujero negro y marca el punto de no retorno. Una vez que un objeto cruza este límite, ya no puede escapar de la gravedad del agujero negro.
- Singularidad: Es el punto central de un agujero negro, donde la materia se encuentra tan densamente comprimida que la gravedad se vuelve infinita según la teoría de la relatividad general de Einstein. En la singularidad, las leyes conocidas de la física dejan de aplicarse.
¿Cómo se forman?
Los agujeros negros se forman a partir del colapso gravitatorio de una estrella masiva al final de su ciclo de vida. Cuando una estrella agota su combustible nuclear, la gravedad colapsa el núcleo estelar hacia adentro, y si la masa remanente es lo suficientemente grande, se formará un agujero negro en lugar de una enana blanca o una estrella de neutrones.
¿Por qué el sol no será un agujero negro?
De acuerdo con la revista de divulgación científica National Geographic, el Sol no podrá convertirse en un agujero negro debido a su pequeño tamaño, pues en comparación con otras estrellas, nuestro Sol tiene un tamaño mediano. Necesitaría unas 20 veces más de su tamaño para poder ser un agujero negro.
Entonces, ¿En qué se convertirá el sol cuando llegue a su fin?
Según datos de la nasa, nuestra estrella le quedan unos 5 mil millones de años de vida, y su destino será convertirse en una enana blanca y no en un agujero negro como las demás estrellas.
Si no recuerdas a que se refieren con este objeto celeste, te recordamos que una enana blanca es una etapa final en la evolución de una estrella de baja a mediana masa, como el Sol. Estas estrellas pasan por varias etapas en su vida antes de convertirse en enanas blancas.
¿Cómo se forma una enana blanca?
Durante la mayor parte de su vida, una estrella fusiona hidrógeno en su núcleo para producir helio a través de un proceso de fusión nuclear. Cuando se agota el hidrógeno en el núcleo, las estrellas de baja a mediana masa comienzan a expandirse y se convierten en gigantes rojas. En esta fase, la estrella fusiona helio en elementos más pesados como carbono y oxígeno.
En la etapa de gigante roja, la estrella arroja sus capas externas al espacio, formando una nebulosa planetaria. Lo que queda detrás es el núcleo de la estrella, que se contrae bajo la fuerza de la gravedad.
El núcleo que queda detrás de la expulsión de las capas exteriores se convierte en una enana blanca. Una enana blanca es extremadamente densa y caliente, pero no produce fusión nuclear activa en su interior. En lugar de eso, se mantiene estable debido a la presión de degeneración electrónica, un principio de la mecánica cuántica que evita que los electrones ocupen los mismos estados cuánticos.
¿Por qué se llaman enanas blancas?
Las enanas blancas son llamadas así debido a su color aparente, que es blanco o ligeramente azulado, y son muy calientes en su superficie. Sin embargo, a pesar de su temperatura superficial alta, son mucho menos luminosas que cuando eran estrellas gigantes. Con el tiempo, una enana blanca se irá enfriando gradualmente durante miles de millones de años hasta que alcance una temperatura cercana al cero absoluto.
Como puedes ver, el destino de nuestro Sol es ser una enana blanca, estos son objetos fascinantes en la astronomía y representan una etapa final común en la evolución de muchas estrellas en el universo. Estudiarlas proporciona información valiosa sobre la evolución estelar y la física de alta densidad.
Por Joselyn Villordo
Créditos ensedeciencia.com