La repoblación huasteca de Tampico; identidad que se niega a morir después de 200 años
Los perros de agua aún chapoteaban en el río, cuando nuevos pobladores llegaron a la ribera del Tamesí. Aunque algunos llegaron desde otra región, muchos de quienes repoblaron los barrancos y las lomas de lo que sería Santa Anna de Tampico, solo tuvieron que cruzar el Pánuco.
La percepción de que Tampico era una “ciudad de extranjeros” creció en diversas regiones del país, sin embargo, fueron en su gran mayoría habitantes de las distintas huastecas quienes volvieron a dar vida a este último territorio de Tamaulipas, creando una gran diversidad de costumbres y tradiciones.
En el año de 1823, cuando Juan de Villatoro trajo a un grupo de residentes de Altamira a repoblar la zona, se fundó el último Tampico, llegando los primeros 102 poseedores para instalarse en los 130 solares que se repartieron desde la orilla del barranco, que se convertirá en la calle Ribera, hasta lo que hoy es la calle Esperanza, una de las 2 únicas arterias que aún conservan su nombre original; la otra es la Altamira.
Entre 1823 y 1825 se formaron tres grupos de pobladores, el más antiguo, el de los pobladores primitivos, era de 23 personas. El segundo, el de los pobladores agregados de 31 y el tercero, el de los pobladores nuevos de 1823 se componía de 47 personas; los del primer grupo recibieron dos solares por persona, mientras que la mayoría de los que formaban los otros dos grupos, solo uno.
Señala la historiadora María del Carmen Galicia Patiño, quien agrega que, en conjunto, estos primeros pobladores, sus familias y las personas que, aun sin solar, decidieron trasladarse a esta nueva población en busca de trabajo, constituyen la comunidad inicial del Tampico fundado hace casi 200 años.
La resistencia como origen de Tampico
Comenta que el número de pobladores originales disminuyó, entre otras cosas, porque no todos pudieron cumplir con el requisito de trasladarse de inmediato y construir sus casas o jacales, de tal manera que para 1825 únicamente quedaban 63 de los 102 pobladores originales. En 1825 se incorporaron 143 nuevos vecinos provenientes de diversos lugares de la región.
Sumados a los que quedaban de la población original, ascienden a un total de 215 poseedores de solares para este año, de los cuales sólo 84 gozaban del status que otorgaban los títulos de don y doña.
Entre los pobladores a los que se entregaron solares había algunos extranjeros, principalmente españoles. Sin embargo, y gracias a que desde 1823 se había reglamentado el ingreso de los extranjeros al país, también se localizan algunos franceses, norteamericanos e ingleses.
La resistencia de la población nativa de la zona hizo sobrevivir a Tampico, pues en la ciudad se tenían 2 estaciones: la del “tiempo sano” y la “enferma”, es decir, la época en que el calor y las lluvias eran más intensos.
Teniendo que soportar también una epidemia de cólera, entre 1834-35 que mató a más de 800 pobladores, de acuerdo a los registros de las estadísticas del Archivo Histórico de Tamaulipas. Más adelante los mismos pobladores originarios resistirán huracanes y otras enfermedades.
La raíz huasteca llegó para quedarse
Desde 1827 Tampico empezó a dividirse en barrios o cuarteles, asi se crearon el de “La Salud” y “Mercaderes”, hacia la parte poniente del poblado, donde se concentraba un número importante de jornaleros urbanos, el de “La Ribera”, que era el de los comerciantes, en él se localizaban las casas comerciales y algunas de las principales fondas. Mientras que en “El Espartal”, al oriente de la comunidad se congregaron los milperos, sirvientes y mozos.
Los documentos analizados por Galicia Patiño mostraron la importancia de la población originaria de las huastecas en el Tampico de 1837; pues de acuerdo al censo de ese año, de los 5, 339 pobladores que se lograron empadronar en ese año, un total de 2,598 personas dijeron haber nacido en poblaciones de las huastecas veracruzana, tamaulipeca, hidalguense, potosina y poblana.
A lo anterior se agrega que 1,774 personas nacieron en poblaciones no huastecas de los estados de Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla y Querétaro.
Sumando las dos cantidades mencionadas obtenemos un número de 4,372 empadronados, lo que equivale a la mayor parte de los pobladores de Tampico.
Con el aporte que da la investigadora sabemos hoy que el origen de Tampico está altamente vinculado con la huasteca, sobre todo la Veracruzana y será hasta que hayan pasado 100 años que el rostro de la ciudad cambie hacia lo europeo, con la conquista social, económica y cultural que tuvo la euforia por el petróleo.
Foto: Mediatica INAH
Créditos: elsoldetampico.com.mx