¡La espera terminó! Ahora sabemos en qué lugar encontrar la partícula más buscada del universo
¿Alguna vez escuchaste que hay cosas en el universo que no podemos ver, pero que están ahí, influyendo en todo? Y no hablamos de agujeros negros, porque la primera vez que supimos de su existencia, ya inferíamos matemáticamente su posición y terminamos detectándolos y hasta ofreciendo impresionantes imágenes de ellos.
Así que quedan descartados, en realidad, hablamos de lo que conocemos como materia oscura, una especie de “materia fantasma” que no emite luz ni energía, pero sin la cual las galaxias no se mantendrían unidas. El problema es que, aunque sabemos que la materia oscura existe por sus efectos gravitatorios, nadie ha podido detectarla directamente.
Aquí es donde entran en escena los axiones, unas partículas hipotéticas que podrían explicar este fenómeno misterioso. Los científicos llevan años buscándolas porque creen que podrían ser la clave para entender de qué está hecha la materia oscura. El detalle es que los axiones son como los ninjas del mundo subatómico: se mueven sigilosamente, interactúan muy poco con la materia, y por eso son tan difíciles de encontrar. Pero si logramos detectarlos, cambiaría todo lo que sabemos del universo.
Para encontrar estos escurridizos axiones, los astrónomos decidieron mirar en una dirección bastante inusual: hacia los púlsares. ¿Qué son los púlsares? Son básicamente estrellas de neutrones que giran a velocidades ridículamente rápidas. Imagínate una estrella del tamaño de una ciudad, pero tan densa que una cucharadita de su materia pesaría lo mismo que una montaña. Ahora, toma ese monstruo cósmico y haz que gire cientos de veces por segundo, mientras dispara rayos de energía desde sus polos como si fuera un faro espacial.
Estos púlsares giran como trompos endemoniados y también tienen campos magnéticos trillones de veces más fuertes que el de la Tierra. La combinación de velocidad y magnetismo hace que los científicos piensen que podrían ser una fábrica natural de axiones. La idea es que los axiones nacen dentro del púlsar y, al salir, atraviesan su campo magnético, convirtiéndose en fotones (partículas de luz), lo que debería hacer que el púlsar brille más de lo normal.
¿Encontraron algo? Bueno… más o menos
Un grupo de científicos liderado por Dion Noordhuis, de la Universidad de Ámsterdam, se lanzó a la búsqueda de este “brillo extra” en varios púlsares. La lógica era simple: si los axiones existen y se transforman en fotones, los púlsares deberían brillar un poquito más de lo esperado. ¿El resultado? No encontraron ese brillo extra.
Ahora, podrías pensar que eso suena a fracaso, pero no del todo. Descartar cosas también es avanzar en la ciencia, y aunque no encontraron evidencia directa de axiones, sí lograron acotar más el rango de masas que estos podrían tener. Es como si estuvieran buscando una aguja en un pajar, y aunque no la encontraron, al menos ya saben en qué parte del pajar no está.
Las nubes invisibles de axiones
Aquí viene la parte más impresionante: los científicos creen que los axiones podrían acumularse lentamente alrededor de los púlsares, formando nubes invisibles que durarían millones de años. Estas nubes serían tan densas que su masa sería 20 órdenes de magnitud mayor que la de la materia oscura en otras partes del espacio. A lo largo del tiempo, algunos fotones podrían escapar de esa nube, creando una señal que, en teoría, podríamos detectar.
¿Cómo podríamos detectarlos?
Los expertos proponen dos formas posibles de encontrar estos axiones:
- Señal continua: Sería como una línea en el espectro de radio del púlsar, indicando la masa del axión. Si no encontramos esa línea, al menos sabemos qué masas descartar.
- Explosión al final de la vida del púlsar: Cuando el púlsar deje de emitir radiación, podría liberar un estallido de luz que delate la presencia de axiones. El problema es que esto podría tardar billones de años, así que es poco probable que lo veamos en nuestra vida… o en muchas vidas futuras.
Aunque aún no se han detectado axiones, los resultados de esta investigación son valiosos. Cada pista, incluso las negativas, nos acerca más a resolver el misterio de la materia oscura.
Por Luis Arana
Foto: Getty Images
Créditos: ensedeciencia.com