Greyhound cierra su terminal en Dallas, dejando en el limbo a miles de viajeros
Después de más de cuatro décadas, la estación dejará de funcionar en octubre
Parado en la esquina de South Lamar Street el jueves por la tarde con una bolsa camuflada a sus pies, vestigio de cuando estuvo en la Fuerza Aérea, Watson tenía una larga espera por delante.
“Quería regresar a College Station, pero no hay autobuses”, dijo Watson.
Watson había tomado un autobús de Greyhound para ir a Clarksville, Tennessee, a visitar a un amigo.
De regreso, volvió a la terminal en Dallas, solo para enterarse de que no habría camiones que lo llevaran a casa hasta después de la medianoche debido al clima.
Y todavía faltaban cinco horas para que un amigo pudiera pasar por él después de trabajar.
Los pasajeros como Watson pronto ya no podrán esperar su siguiente autobús dentro de la terminal en el centro de Dallas.
Después de más de cuatro décadas de funcionar como parada para cansados pasajeros, la estación va a cerrar cuando expire su contrato de arriendo en octubre.
Twenty Lake Holdings, subsidiaria de la firma de inversiones Alden Global Capital, compró 33 estaciones Greyhound en Estados Unidos a First Group, de Reino Unido, a finales de 2022 por $140 millones.
Desde entonces han cerrado varias terminales en grandes urbes como Philadelphia y Cincinnati debido a la venta de los edificios.
El contrato de arrendamiento de la terminal del centro de Dallas no será renovado, y aún no se ha encontrado una nueva ubicación, confirmó un vocero de Greyhound por medio de un mensaje de email el miércoles.
El edificio de 26,000 pies cuadrados en el 205 S. Lamar St. tiene un valor de $2.8 millones, de acuerdo con el Distrito Central de Avalúos de Dallas.
Greyhound no respondió a más preguntas sobre la situación, y Twenty Lake Holdings no respondió a múltiples solicitudes de comentario.
Aunque viajar entre ciudades en autobús llegó a ser un aspecto esencial de la vida en Estados Unidos, la disminución del pasaje y la desregulación federal han derivado en una paulatina contracción del negocio desde los años 1960s.
El cierre de las terminales ha hecho a las compañías de autobuses optar por dar servicio en las aceras, ya sea mientras encuentran un nuevo local para una terminal o de forma permanente.
Eso es problemático para los más de 60 millones de personas que viajan en autobuses interurbanos —generalmente personas de bajos ingresos y sin vehículo propio— y las ciudades que los reciben a la intemperie.
“Se hallan varados en un entorno desagradable, no conocen el lugar, así que no se sienten seguros de ir a buscar otro lugar dónde esperar; y además el clima puede ser brutal”, comentó Joseph Schwieterman, director de Chaddick Institute for Metropolitan Development en DePaul University.
Esas consideraciones han hecho a Greyhound pensar dos veces antes de vender conexiones y transferencias si no hay una terminal en determinada ciudad, dijo Schwieterman.
Los usuarios de autobuses foráneos viajan un promedio de más de 250 millas entre diferentes estados, donde es necesario hacer un transbordo para llegar a su destino final.
Eso da de qué pensar a viajeros como Christian Manning.
El hombre de 56 años se halló varado en una terminal de Greyhound en Kansas City, Missouri, durante más de 12 horas luego de que el autobús que esperaba a las 7:45 p.m. no pasó.
Dijo que no habría sabido qué hacer de haber habido una terminal dónde esperar.
“Estaba helando. Nadie podía salir afuera por lo frío que estaba, y yo no traía dinero ni chaqueta”, dijo Manning.
Cuando abre una nueva terminal, puede quedar lejos de las paradas del transporte público o funcionar solo en horario reducido.
“Se trata de un segmento demográfico de bajos ingresos que no tiene carro o que tal vez no puede manejar, así que dejarlos, digamos, en un punto suburbano de difícil acceso es un gran problema”, dijo Julene Paul, profesora de la Universidad de Texas en Arlington especializada en planeación y equidad de transporte.
No se tiene una estimación de cuántos pasajeros se verán afectados por el cierre de la terminal de Dallas.
A diferencia del transporte público, las estadísticas sobre el transporte interurbano son escasas porque el servicio lo dan compañías privadas.
“Yo diría que Dallas tiene demasiada importancia como punto de conexión por su favorable ubicación”, dijo Schwieterman.
“Recibe tráfico proveniente de México, mucho tráfico desde McAllen y Laredo, muchos migrantes. El tráfico este-oeste suele ser canalizado por Dallas. Por eso hay un gran riesgo de que el flujo disminuya sin una buena estación en Dallas”.
A diferencia del transporte público, que se ha mantenido bajo en algunas zonas, los viajes interurbanos se han recuperado en un 90% después de la pandemia, apuntó Schwieterman, y se espera su plena recuperación para 2026.
Greyhound no es la única compañía de autobuses que opera desde la terminal de Lamar Street.
Dichas compañías con frecuencia tienen acuerdos para conectar a sus pasajeros de una línea a otra, dando lugar a una red nacional de transporte terrestre.
Valley Transit también opera varias rutas desde la terminal, indican registros de llegada y partida en internet.
Ciudades como Atlanta han logrado salvar sus terminales interurbanas. Recientemente Greyhound abrió una nueva central de 14,000 pies cuadrados con apoyo federal, según reportes de CNN Business.
Pero esa no es la regla.
“Muchos gobiernos dejan a su suerte a las compañías de autobuses foráneos y no se prestan a buscar soluciones”, agregó Schwieterman.
“La estación de Dallas está justo en el centro, tiene un tamaño adecuado, y arquitectónicamente es interesante. Hay muchas razones para que la ciudad piense en comprar la estación y mantenerla como central de transporte”.
Pero las autoridades municipales podrían no ver la estación con tan buenos ojos.
En abril de 2023 la estación fue designada “propiedad con criminalidad habitual”.
Los inmuebles donde se registren más de cinco delitos abatibles en un año pueden recibir esa designación, la cual conlleva el pago de una cuota anual y la orden de implementar medidas de control del delito.
Los delitos abatibles aparecen listados en el Capítulo 125 del Código de Prácticas y Remedios Civiles de Texas, y excluye los delitos de violencia familiar.
Son delitos como prostitución, agresión, atracos, portación ilegal de armas, asesinato y abuso sexual de menores.
Inicialmente Greyhound objetó la decisión, pero retiró su apelación antes de que se realizara una audiencia programada en agosto, consta en registros públicos.
Peticiones de comentario al alcalde Eric Johnson y al concejo municipal de Dallas sobre el cierre de la terminal no habían sido respondidas el viernes por la tarde.
Se desconoce qué pasará con los pasajeros de Greyhound después del cierre de la terminal en Dallas, incertidumbre que angustia a los usuarios del servicio.
“Sin un lugar donde la gente tenga por lo menos derecho a usar el sanitario, a llamar por teléfono y estar en un espacio con guardias de seguridad y protegido de la lluvia… pueden pasar muchas cosas malas”, dijo Manning.
Por Amber Gaudet/DMN
Foto Tom Fox / Staff Photographer
Créditos dallasnews.com