
Descubren fósiles de «gigantes» de 8 metros de altura y 1 de ancho, datan de hace más de 400 millones de años
Seguro que, en más de una ocasión, escuchaste que en algún punto de la historia existieron los gigantes. Aunque suene a fantasía, es verdad, y más adelante te daremos todos los detalles acerca del hallazgo del fósil del ser gigante que cambiaría nuestra comprensión de la vida.
En la actualidad, es probable que veamos las plantas y los animales y pensemos que todo el tiempo fue así. Pero la realidad es que no: en un principio, tanto las plantas como los animales tenían dimensiones enormes.
Sin embargo, todo tuvo su proceso. Hace aproximadamente 400 millones de años, cuando la vida en la Tierra apenas empezaba a despertar, las plantas medían apenas 6 centímetros de altura. Esto es muy pequeño a comparación con las plantas que podemos encontrar en la actualidad.
Pero, en esa época de la Tierra, también existieron otras criaturas que se alzaban, enormes y majestuosos en el paisaje de aquella época. Estos gigantescos organismos medían hasta 8 metros de altura y un metro de ancho, además de que dominaban en antiguo supercontinente de Gondwana.
Su descubrimiento surgió hace más de 165 años. Sin embargo, los científicos no estaban preparados para lo que encontrarían, por lo que quedaron desconcertados. Pero no solo quedaron asombrados por sus dimensiones, sino porque no han podido determinar qué clase de criatura fue la que encontraron.
Gigantes prehistóricos: un desconcierto para la ciencia
Las estructuras que encontraron son nada más y nada menos que los prototaxites. Su altura era de 8 metros y su anchura de 1 metro. Pero, como te comentamos anteriormente, los científicos aún no saben de qué criatura se trata. No saben si se trata de un árbol, de un enorme hongo primitivo o de un alga.
Fue John William Dawson quien encontró los primeros fósiles a orillas de la Bahía de Gaspé, en Quebec, Canadá. Durante la década de 1850, y en aquellos tiempos, los consideró como árboles en descomposición. Además, los bautizó como la ‘primera conífera’, de acuerdo con reportes de Science Alert. Sin embargo, se trataba de un error, ya que los árboles no existían en ese tiempo.
Por lo que, desde hace un tiempo, estos extraños organismos han sido considerados como plantas terrestres primitivas, algas y en los últimos años, como hongos gigantes. Algunos estudios realizados parecían haber resuelto el misterio. Pues los isótopos de carbono sugirieron que los prototaxites se comportaban como hongos, al absorber nutrientes de otros organismos.
Sin embargo, un nuevo estudio podría cambiar todo lo que se conocía de ellos. Investigadores de la Universidad de Edimburgo examinaron tres fósiles bien conservados de prototaxites taiti, encontrados en el chert de Rhynie, Escocia. Pero los resultados revelan que no encajan en ninguna de las categorías hasta ahora conocidas.
¿Qué eran los prototaxites?
No se asemeja a ningún ser vivo actual. Sus entrañas se conformaban por diversos tipos de tubos, algunos finos y ramificados, otros más grandes y curvos, e incluso algunos con estructuras similares a anillos de crecimiento, una característica que no se encuentra en ningún hongo actual.
También buscaron rastros de quitina, un componente que no puede faltar en las paredes celulares de los hongos, pero no encontraron. «No se encontró ningún grupo existente que presentara todas las características definitorias de los prototaxites». Señalan los investigadores en su estudio.
La conclusión es que ninguna de las categorías coincide con los fósiles de este ser vivo. Ni los hongos, líquenes, algas y mucho menos animales. Por lo tanto, podría tratarse de una especie completamente nueva. Además de que no cuentan con parientes vivos en la actualidad.
«Concluimos que la morfología y la huella molecular de P. taiti son claramente distintas de las de los hongos y otros organismos conservados junto a él en el [yacimiento devónico], y sugerimos que es mejor considerarlo miembro de un grupo de eucariotas no descrito previamente y totalmente extinguido». Afirman los investigadores.
Por David Josué Calderón Coss
Foto: Richard Jones | Science Photo Library
Créditos: ensedeciencia.com