Científicos japoneses logran crear sangre artificial compatible con cualquier tipo sanguíneo

Uno de los problemas más recurrentes a la hora de transfundir sangre es la incompatibilidad. Pero, gracias a un logro de científicos japoneses, es que esta barrera podría eliminarse, ya que crearon sangre artificial que sería apta para transfusiones de cualquier tipo de sangre.

En todo el mundo, se requiere de donación de sangre para atender distintos problemas relacionados con la salud. En caso de que la sangre no esté disponible, pueden perderse millones de vidas en todo el mundo. Por lo cual, es de suma importancia que siempre haya este tejido disponible para transfusión.

Otro obstáculo al que también se enfrentan muchas personas es a que no haya disponible sangre de su mismo tipo. Como ya se sabe, si una persona recibe sangre de un tipo diferente al suyo, el cuerpo podría desencadenar una reacción para destruir las células sanguíneas del donante.

Esto puede provocar que la persona receptora experimente fallas en su cuerpo, e incluso, pierda la vida. Por lo que es de vital importancia que los tipos sanguíneos sean compatibles al momento de realizar la transfusión.

Pero, estos problemas podrían llegar a su fin gracias al logro de un equipo de científicos japoneses. Quienes desarrollaron sangre artificial que sería compatible con todos los grupos sanguíneos. Esta sangre ya ha sido probada en conejos.

Se espera que también en humanos se tengan los mismos buenos resultados, por lo que, en caso de ser positivo, sería una acertada para las personas con tipos de sangre raros o cuando no hay sangre disponible debido a temas de distancia.

Científicos japoneses crearon sangre artificial compatible con todos los tipos sanguíneos

Investigadores japoneses del Colegio Médico de Defensa Nacional crearon sangre artificial que podría ser compatible con cualquier paciente, sin importar su tipo de sangre. Lo cual elevaría las posibilidades de supervivencia de las personas que requieran una transfusión de sangre.

En el estudio que se publicó en la revista Transfusion, se detalla que la sangre artificial consiste en plaquetas y glóbulos rojos que pueden almacenarse de forma segura a temperatura ambiente durante más de un año.

Para comprobar su eficacia, se aplicó en 10 conejos con hemorragia masiva inducida por trauma. Seis de ellos sobrevivieron, que es una cifra cercana a la que se obtuvo cuando se trató a los conejos con sangre real.

Hasta el momento, no se han reportado efectos secundarios adversos, aunque aún falta que sea probada en humanos. Y en caso de que funcione, sería extremadamente útil, ya que se podría utilizar antes de que el paciente llegue al hospital.

Esto aumentaría las posibilidades de supervivencia, pues no sería necesario conocer su tipo de sangre o esperar a que esté disponible. Además de que habrá mayor disponibilidad que la sangre convencional.

«La sangre artificial podrá salvar la vida de personas que de otra manera no podrían salvarse». Revela a Asahi Manabu Kinoshita, profesor asociado de inmunología en el Colegio Médico de Defensa Nacional y coautor del artículo.

¿Cuándo estaría disponible?

Este logro inició con estudios a pequeña escala, como el ensayo de 2022 con vesículas de hemoglobina, que confirmó la seguridad y el potencial de estas diminutas células artificiales para transportar oxígeno.

En julio de 2024 la Universidad Médica de Nara anunció que un ensayo clínico con adultos sanos comenzaría en marzo de 2025. El objetivo de este ensayo sería evaluar la seguridad y eficacia, con la esperanza de que se podrá implementar para 2030.

Esto convertiría a Japón en el primer país del mundo que implemente la sangre artificial para atención médica en la realidad. En el ensayo, se administrarán de 100 a 400 ml de este tejido artificial a voluntarios.

Si no se presentan reacciones secundarias, los investigadores procederán con estudios más amplios. Asimismo, esta se puede conservar hasta por dos años a temperatura ambiente. Lo que es un tiempo mucho mayor en comparación con el mes de vida útil de la sangre convencional.

Por David Josué Calderón Coss

Créditos: ensedeciencia.com