
No se rinden: mujeres migrantes enfrentan la crisis en la frontera de Tamaulipas
Detrás del truncado sueño americano hay mujeres que no se rinden y luchan por alcanzar sus metas, ya sea en la frontera de Tamaulipas o de regreso a su patria. Son ejemplo de perseverancia y tenacidad.
Actualmente, la población migrante en la frontera tamaulipeca ha disminuido considerablemente después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, canceló el programa del CBP One, mediante el cual se otorgaba citas para solicitud de asilo político a los extranjeros.
Adelaida y Lilia, migrantes de Honduras y México que buscan salir adelante
Adelaida Torres, una mujer de origen hondureño llegó a esta zona ilusionada con cruzar a suelo estadounidense, ya que tenía casi un año intentando conseguir asilo político, pero con la decisión del republicano su anhelo quedó a la deriva.
En mayo del 2024 ella emprendió el viaje desde su natal Honduras, siendo impulsada por la crisis económica y el estado de salud de su madre.
Comenzó su andar sola, hacia el norte del continente, con un par de maletas y poca ropa, sus ahorros, y el deseo de salir adelante; pero sus sueños se disolvieron cuando supo la cancelación de CBP One.
“Llegué hasta acá porque quise un mejor futuro para mi madre, ya que ella está enferma, me siento muy triste y decepcionada porque no pude pasar a Estados Unidos”, dijo con la voz entrecortada.
Pero no se dejó vencer y ha decidido retornar a su país, para posteriormente irse a España, dónde ya anteriormente estuvo trabajando cuidando una pareja de adultos mayores hace una década.
Las complicaciones de salud de su mamá la hizo volver a Sudamérica, donde escuchó que mucha gente podía solicitar asilo político y no dudó en viajar a Chiapas, cruzar México hasta llegar a Reynosa.
Una historia similar es la de Lilia Guzmán, una migrante del Estado de Michoacán, quien salió de su tierra por cuestiones de inseguridad y ahora, con las medidas migratorias de Trump, quedó varada en esta frontera de Tamaulipas.
“Yo vengo con mis tres hijos, llegamos aquí queriendo solicitar asilo porque huimos de la violencia, no creo que regresemos por ahora, lo mejor es esperar a ver qué nos dicen y pues buscar un trabajo aquí mientras”, señaló la mexicana, mientras dibujaba en un cuaderno.
La mayoría decide retornar de forma voluntaria
El pasado 20 de enero, justo el día que Donald Trump tomó por segunda ocasión el mandato de Estados Unidos, un grupo de migrantes se disponía a cruzar al tener ya cita de CBO One, y al ignorar la cancelación del programa a bordo de un autobús llegaron al puente internacional Reynosa-Hidalgo.
Ese día el dirigente del albergue Senda de Vida, Héctor Silva de Luna, recibió la llamada en la que le indicaban que ya no llevara más extranjeros al cruce internacional.
Los extranjeros fueron notificados de esa mala noticia, misma que llegó a unos minutos de iniciada la segunda era trumpista. Con el paso de los días más de 300 migrantes centroamericanos han decidido retornar voluntariamente a sus países.
“Esta actividad -de repatriación voluntaria- la realizamos en conjunto con el Instituto Nacional de Migración (INM), ya que ellos nos apoyan para regresar lo más cerca posible a los migrantes; ahorita se les apoya con un traslado hasta Villa Hermosa, Tabasco, y de ahí ellos se trasladan por su cuenta hasta su país”, declaró Silva.
Actualmente en el refugio migratorio número uno se encuentran unas 300 personas de distintos países, y en el albergue número dos cohabitan 150 personas, entre los que destacan salvadoreños, hondureños, venezolanos, incluso mexicanos de entidades del sureste que huyen de la violencia.
Mientras unos decidieron quedarse a esperar en la ciudad algún cambio en la política migratoria gringa, otros determinaron irse a su país, como Adelaida, quien ahora tiene la mirada puesta en Europa.
Mujeres vulnerables ante la violencia
La población migrante ha vivido eventos relacionados con violencia, de manera directa o indirecta, en algunos casos en su lugar de origen, durante su ruta o al permanecer en la frontera.
La población femenina es vulnerable ante estas situaciones, desde agresiones hasta violencia sexual, así como duelo migratorio, amenazas por la situación migrante, acceso limitado a un lugar seguro o a cubrir sus necesidades básicas, separación de las familias, entre otras.
Asimismo son detonantes de afectaciones emocionales de depresión, ansiedad, estrés postraumático y, en casos mas complejos, donde el evento traumático rompe con todo el equilibrio emocional, pueden presentarse síntomas psicóticos derivados del trauma.
“Con respecto al total de pacientes atendidos por nuestro equipo de salud mental de forma individual y grupal, un aproximado del 71% son mujeres”, confirmó el personal de Médicos Sin Fronteras (MSF), tomando en cuenta que se trata solo de las personas que piden ayuda.
A estas situaciones se suman extorsión, secuestro y robos que persisten en esta ciudad fronteriza donde quedaron varados por la cancelación de las citas migratorias en CBP One.
Pese a que el panorama no apunta a mejorar, las mujeres migrantes en la frontera de Tamaulipas no se rinden, se mantienen firme en su decisión de salir adelante, con la firmeza y determinación que las caracteriza.
Por Antonio Sosa
Foto: Jaime Jiménez
Créditos: oem.com.mx